Día 9 y 10

Día 9 y 10. Tocando fondo – Daniel 4

 

¿Cuántos de nosotros hemos vivido en una burbuja de fantasía? Nos sentimos como reyes, viviendo en nuestro mundo, con nuestras reglas, haciendo nuestra voluntad, “ejerciendo nuestros derechos”. En medio de esa rutina, a veces tenemos sueños de grandeza y queremos hacer de nuestra vida un cúmulo de fama, bienes materiales, influencia social y amigos superficiales, toda una vida de hedonismo. Tenemos sueños de lograr, alcanzar, tener, acumular, poseer. Lo mismo le pasó al rey Nabucodonosor, quien era el monarca de un reino del cual dependía la vida y el sostenimiento de muchos. Un día el rey tuvo un sueño en donde Dios le muestra las consecuencias de la vida que ha llevado y claramente le dice que ese camino le llevará a la muerte. Aún así el rey decide ignorar las advertencias de Dios y, con conocimiento de causa toma la ruta que de antemano sabe le llevará a la ruina. ¿Cuántos de nosotros sabemos que el camino que hemos tomado nos llevará a la enfermedad y muerte física o espiritual y aún así apresuramos nuestros pies hacia el mal? Dios, en Su Palabra nos muestra siempre advertencias de las consecuencias de una vida sin Él, sin hacer su voluntad y sin su bendición. Elegir una vida conforme a las normas de este mundo es vivir fuera de la voluntad de Dios, viviendo en pecado. Pero Dios, quien nos ama apasionadamente, nos muestra que hay alternativa y nos muestra que no es necesario tocar fondo para volver nuestra mirada hacia Él.

 

“Dios, tú dices en tu Palabra que has puesto delante de nosotros la bendición y la maldición, la vida y la muerte, y hasta nos aconsejas que escojamos la vida para que vivamos. Nos muestras claramente las consecuencias de la obediencia y la bendición, y también de la desobediencia y la maldición. Por favor, permite que tus palabras hagan eco en nuestra mente y corazón y no esperemos tocar fondo para volver nuestra mirada hacia ti. Señor, permite que dejemos de soñar en cosas vanas de este mundo, en los deleites temporales y pongamos la mirada en ti, quien eres fuente de agua viva. Que si estamos viviendo en un mundo de fantasía con una actitud infantil, tu Espíritu Santo nos ayude a madurar, a ser responsables, a vivir vidas sacrificiales que sirvan y honren a otros pero principalmente a ti, a nuestra familia y comunidades. Señor, si alguien está tocando fondo, que no pierda la esperanza, que sepa que en ti hay redención, salvación, restauración, sanidad y limpieza. Amén”