Día 17 y 18

Día 17 y 18. El gran juicio – Daniel 7

 

¡Qué confusión y qué sueño tan extraño! ¿Les ha pasado que tienen un sueño raro que les inquieta porque no tienen idea de lo que significa?

 

Daniel tuvo una visión acerca de sucesos futuros donde observa una tempestad, un mar agitado y vientos fuertes soplando en todas direcciones. También vio bestias enormes surgiendo del mar. A Daniel le fue revelado que se trataba de una serie de imperios que se suceden uno tras otro; en cuanto uno termina o es derrocado, se levanta el otro de forma continua. Básicamente la visión trata acerca de los sistemas de gobierno que buscan controlar y administrar los recursos sin tomar en cuenta a Dios. Si continuamos leyendo el capítulo siete de Daniel nos daremos cuenta de que las diferentes bestias representan esfuerzos humanos para legislar, gobernar y ejercer dominio en la tierra, y al no estar conectados con Dios tienden a oprimir, a generar grandes males e incluso terminan en cruentas guerras en las cuales el pueblo sufre. Un gobierno alejado de la soberanía de Dios jamás logrará en el hombre el propósito para el cual fue creado.

 

Daniel queda tan intrigado porque la última bestia es tan terrible y diferente a las demás, que pregunta en su sueño qué significado tiene.  Le es revelado que representa al gobierno de los últimos tiempos, un gobierno cruel y tiránico que buscará cambiar los tiempos y la ley, lo cual es muy significativo, ya que en los tiempos que nos ha tocado vivir hay toda una revolución en formas de pensamiento, cultura, en el avance del conocimiento e incluso en el cambio de legislaciones locales, nacionales y hasta mundiales. Estos cambios a veces representan cosas buenas pero en muchos casos afectan de forma negativa a los hijos de Dios, a los santos del Altísimo, quienes portan los valores, el pensamiento y el sistema de Dios; personas que anhelan guardar sus mandamientos y agradarle porque le aman, por tanto, son odiados por la bestia terrible que quiere devorarlos.

 

En la visión de Daniel, al final de todo es establecido un gran trono blanco y se abren los libros para juzgar. Dios nos está revelando a través del libro de Daniel que no importa cuánto cambien las naciones y sus leyes o valores; la Palabra de Dios siempre será un ancla firme en medio de la turbulencia, en medio de cualquier tormenta; no importa cuánto se agite el mar o cuánto soplen los vientos de la adversidad. Lo importante es preguntarnos, cuando se abran los libros, ¿Qué se dirá de nosotros en ellos? ¿Estaremos inscritos en el libro de la vida?

 

Padre, con humildad nos acercamos a Ti para pedirte que nos ayudes. Si no estamos inscritos en el libro de la vida, que podamos decidirnos por Ti, que te hagamos Señor de nuestras vidas, que te reconozcamos como Salvador, que amemos y pongamos en práctica tus mandamientos expresados en la Biblia, y que nuestras conductas reflejen una vida transformada. Que todas nuestras acciones que se registran en los libros que serán abiertos ante el Gran Trono Blanco puedan ser impactadas y filtradas por la sangre de Jesucristo derramada en la Cruz. Te agradecemos porque nos has revelado que el sistema de gobierno y las leyes y valores del mundo nunca serán justos, tenderán a oprimirnos porque están lejos de Ti; pero Tú nos has dado tu Palabra y nos permites seguirla y obedecerla. Ayúdanos para permanecer firmes y fieles a tu Palabra, a pesar de los cambios turbulentos que se susciten a nuestro alrededor. Te agradecemos porque nos revelas en tu Palabra que al final de los tiempos establecerás tu trono, ¡tu imperio y tu dominio y permanecerán para siempre! Tu hijo Jesucristo gobernará con justicia, vendrá en las nubes con poder y gloria. Ayúdanos a ver más allá de esta vida temporal, a asirnos a la firme esperanza de que estaremos a tu lado; ayúdanos a mantenernos firmes, fieles y puros independientemente de los cambios en la sociedad a nuestro alrededor, en el nombre de Jesucristo, Amén.