Día 13 y 14. No doy la medida – Daniel 5
No es bueno mezclar las cosas; en muchas ocasiones queremos tener “todos los beneficios en el mismo saco” y eso no es posible, pero en el intento podemos mezclar conceptos que no se llevan, como elementos del mundo y principios de Dios. Eso es lo que hizo el rey Belsasar, estaba teniendo una noche de juerga con sus amigos, estaba bebiendo y divirtiéndose cuando de pronto se le ocurrió la idea de llevar a su fiesta los utensilios sagrados de oro que su padre había llevado de Jerusalén y que se usaban para dar honra a Dios en el templo judío. A Belsasar le pareció una idea muy divertida usarlos para dar culto a ídolos de todo tipo. Quiso usar cosas sagradas de Dios para obtener beneficios en su vida cotidiana, como prosperidad, dignidad, fortaleza, confianza, energía, conocimiento, etc. (representados en los ídolos de diferentes materiales).
Sin embargo, a Dios le disgustó sobremanera la actitud desafiante y soberbia del rey y se aseguró de darle un mensaje a través de una misteriosa mano que escribió en la pared. Por cierto, se aseguró de que el mensaje sólo pudiera ser leído por Daniel, un hombre de Dios, mostrando que los mensajes divinos sólo pueden ser leídos, entendidos e interpretados si tenemos un corazón entendido, puro y buscamos a Dios.
Dios le estaba diciendo al rey, y quizá a nosotros el día de hoy, que no podemos llevar una vida que no honra a Dios y al mismo tiempo pretender usar a Dios para paliar nuestras conciencias. El mensaje decía que Dios pone fin a la arrogancia y orgullo, que cuando estamos lejos de Él no damos la medida, no alcanzamos el estándar de Dios y nuestro corazón siempre estará dividido buscando beneficios y cosas materiales.
Seguramente en el pasado también hemos mezclado las cosas, queremos vivir una vida licenciosa, permisiva, impura, una vida llena de conceptos del mundo, una vida de placeres prohibidos, de conductas que ofenden a Dios y son pecaminosas, y al mismo tiempo queremos justificar (Biblia en mano) nuestra conducta y torcemos las escrituras para que nuestras actividades o hechos parezcan piadosos; buscamos reinterpretar la Biblia para forzarla a encajar en la modernidad de una sociedad sin Dios. Queremos a Dios y al pecado, sin las consecuencias de pecar. Incluso, por qué no decirlo, queremos vivir en pecado, en adulterio, en mentira, una vida sexual fuera del matrimonio, fomentar el aborto, adoptar una identidad sexual equivocada y pretender que Dios la bendiga, pero el mensaje sigue siendo el mismo, fuera de Dios jamás daremos la medida, siempre erraremos al blanco.
“Dios, cuán cierto es que fuera de ti hemos pretendido sólo ser religiosos, tener apariencia de piedad pero hemos pecado en nuestro corazón, hemos estado corrompidos en nuestros deseos, e incluso queremos que bendigas la inmundicia y lo que hacemos fuera de tu voluntad, pero eso no es posible. Hemos hecho muchos esfuerzos para ser puros, para acercarnos a ti, pero todo lo que hacemos es en vano, sólo son esfuerzos inútiles. Gracias porque a través de Jesucristo, nos das lo que no hemos podido tener: arrepentimiento, perdón, limpieza, justicia, pureza, santidad, sanidad, salvación y vida eterna. Permite que podamos entregar nuestro corazón a ti para que puedas restaurarlo y sanarlo; por favor, que nuestros pensamientos sean limpiados, que nuestro corazón sea vivificado, que nosotros mismos podamos tener la vida abundante que tienes para nosotros. Ya no queremos vivir de apariencias, ya no queremos justificar nuestro pecado forzando a Tu Palabra a decir algo que no dice, que no es tu deseo. Más bien queremos ajustar nuestras vidas a Tu Palabra, rendirnos completamente a ti, sin reservas, permítenos hacerlo a través del poder del Espíritu Santo, en el nombre de Jesús, Amén”
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